La sostenibilidad no se limita a una línea verde de productos, una buena intención o una gran campaña de márketing.
El desarrollo sostenible se debe evaluar desde distintas perspectivas para asegurar que se están cubriendo las necesidades presentes sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para cubrir sus propias necesidades.
La expresión triple bottom line hace referencia al desempeño de una empresa expresado en tres dimensiones: económica, social y ambiental. De esta manera, se estaría atendiendo al impacto de la actividad de la empresa en todas ellas:
- la maximización de resultados a largo plazo (económica),
- la minimización del impacto de las operaciones y los productos de la empresa en el medio ambiente, además de
- la restauración de los daños ocasionados en el pasado (medioambiental), y
- el fomento del bienestar de los colaboradores de la empresa y personas ajenas a ella pero en última instancia afectadas en el ámbito en el que actúa (social).
Cabe destacar, en este sentido, la actualización del concepto de triple bottom line con el surgimiento de S2AVE (»Shareholder and Social Added Value with Environment Restoration), un acrónimo que enfatiza la manera en la que las organizaciones pueden (y deben) atender de manera exitosa y rentable alas tres dimensiones descritas, mientras se convierten en más ágiles e innovadoras (véase la imagen anterior).
Más información: Innovación Social: Reinventando el desarollo sostenible. Fundación Bankinter.
Imagen: fernando ballenilla