No es el resultado de un partido de fútbol entre contables y periodistas financieros.
Podría tratase del marcador en la conocida y reiterada utilidad de la contabilidad.
Sí vamos a referirnos a tres limitaciones de la información contable en el contexto de la situación económica actual:
La primera, se refiere a la incapacidad de la ciencia contable para alertar y prevenir de la crisis económica que padecen: empresas (grandes,y pequeñas, públicas y privadas), sectores (estratégicos, necesarios, relevantes y menos relevantes).
La segunda, trata de la delicada situación financiera por la atraviesan las empresas y los sectores referidos anteriormente. Entendemos que a esta situación no se pasa de la noche a la mañana, ni tampoco de un mes a otro. Es evidente que resulta consecuencia de las estrategias, decisiones y operaciones realizadas a lo largo de su actividad. En este sentido, la contabilidad ¿es partícipe y/o responsable? O simplemente ¿se trata de una herramienta pasiva, que ni está ni se le espera?
Y la tercera limitación, o tercer tanto del partido, se ocupa del papel o puesto asignado a términos y conceptos que recientemente han florecido en contabilidad y que de forma pública, notoria y alarmante están en entredicho. Nos referimos al valor razonable que de panacea ha pasado en poco tiempo a ser denostado por expertos y otros que lo intentan.
Sabíamos que pymes, contabilidad y hacienda, no se gustan entre si. Como que no se sienten atraídas.
Pero ahora, con esto de la crisis económica y financiera, parecen que tampoco mantienen las mejores relaciones en el marco de la gran empresa (la glamurosa, cotizada y la emisora de: stock option, bonos, futuros, opciones, warrants y otros).
Incluso en la cumbre del G-20, recientemente celebrada, se han percatado de esta situación y exigen que en un breve plazo de tiempo, antes de marzo del año que viene, presenten un protocolo de buenas intenciones para la mejora de sus relaciones.
Volviendo al título de la entrada, a pesar del resultado, desde nuestro punto de vista, perdemos todos. Puesto que entendemos que se necesita una contabilidad: relevante, fiable y útil.
¿La veremos?. Espero sus comentarios