Resulta conocido que el nuevo plan general de contabilidad ha entrado en vigor en este año y, por tanto, nos toca en estas fechas efectuar el primer cierre de ejercicio con este plan. Y, por supuesto, despedimos 2008 y el PGC 90.
¿Es más fácil o más complejo? Sin duda, resulta complejo en determinadas situaciones; no obstante, en muchos casos la complejidad viene condicionada por las operaciones que la empresa hay realizado, no en cantidad sino en la naturaleza de las mismas. En cualquier caso, las cuentas anuales crecen y tenemos dos estados contables nuevos, cuando proceda su formulación, a incluir: el Estado de Flujos de Efectivo (EFE) y el Estado de Cambios en el Patrimonio Neto (ECPN).
En esta primera entrada que dedicamos al cierre nos referimos al primer estado contable que integra las cuentas anuales, el balance que en este ejercicio adquiere una significación especial y única porque habrá que convertir el balance de cierre de 2007 en el de apertura de 2008 y este último ya con los requerimientos del nuevo plan.
La legislación vigente RD 1514/2007, establece cuales son las reglas generales para elaborar el balance de apertura con la opción para las empresas:
- Valoración de todos los elementos patrimoniales conforme a los principios y normas vigentes con anterioridad a la aprobación de la Reforma Mercantil,
- Valoración de los elementos contables en aplicación de la nueva normativa
Por tanto, el Balance de apertura para su formulación necesitará los siguientes ajustes, llamados de 1ª aplicación:
- Ajustes de baja de elementos registrados en el balance del viejo Plan y que el nuevo no permite su reconocimiento (por ejemplo.: gastos de formalización de deudas, gastos por intereses diferidos y gastos de establecimiento).
- Ajustes de reconocimiento de elementos que no estaban contabilizados en el P.G.C. 90 pero que el nuevo plan sí los contempla (por ejemplo, compromisos por pensiones de prestación definida).
- Ajustes de reclasificación de los elementos de acuerdo con el nuevo plan (por ejemplo, inversiones inmobiliarias) y recodificar los elementos patrimoniales que lo requieran (por ejemplo, acciones propias).
- Ajustes de valoración de los elementos del balance según la opción de tránsito adoptada por la empresa (por ejemplo: deudas por préstamos, acreedores por arrendamiento financiero y subvenciones).
El gráfico adjunto puede facilita la visión del proceso
En próximas entradas nos ocuparemos del análisis de los ajustes más habituales.
Imagen: Flickr, galería ciranobitch, inserciones propias